Fundación Secretos para contar | La olla de las monjitas

La olla de las monjitas

Agustín Jaramillo Londoño (Colombia, 1923)
Pintura: El recreo — Las monjas y el cardenal.  Débora Arango (Colombia, 1910–2005)

Necesitaban las Hermanitas de los Pobres una olla grande para la cocina del asilo de ancianos y, como no tenían con qué comprarla, salieron al comercio y se presentaron a un almacén. Convencieron al dueño que les regalara la ollita más pequeñita del almacén. Ya con la ollita en su poder, pasaron a otro almacén y dijeron al propietario:

—Necesitamos una ollita para los ancianitos.  Un señor muy bueno nos regaló ésta, pero está tan pequeñita, cámbienosla por otra un poquito más grande, por el amor de Dios.

El comerciante accedió gustoso. Las monjitas siguieron recorriendo el comercio cambiando la ollita, cambiando la ollita; sobra decir que al atardecer llevaron a los viejitos la enorme olla que tanto necesitaban.